Este pasado domingo un grupo de personas lanzaron pintura y/o sangre a la fachada del Palau de la Generalitat, en una protesta del sector de la hostelería ante las medidas adoptadas desde la Generalitat, al sentirse sangrados con los cierres forzosos de sus negocios o en los que trabajan.

Es evidente que la Generalitat no ha decretado el cierre de bares y restaurantes por placer, sin que ello deba llevarnos a restarles cierto grado de responsabilidad en lo mal que se han hecho las cosas durante esta pandemia, al igual que la administración central, ¿pero cómo no entender las protestas y reivindicaciones de un sector como el de la hostelería, que da trabajo directo en Catalunya a unas 255.000 personas (entre autónomos y trabajadores asalariados), ante una situación que les está llevando a la ruina?

He leído no pocos comentarios en redes sociales tachando de “sinvergüenzas” y “terroristas” a los responsables de haber ensuciado la fachada del sacrosanto Palau de la Generalitat, “símbolo y máxima representación de la catalanidad”. Un ataque que algunos entienden como fruto de “la intolerancia”, “la ignorancia” y “la incultura”. Unos comentarios y argumentos, todos ellos, que entiendo pero que no comparto, o no comparto su partidista y sesgada visión de que se ha de respetar y que no.

Vivimos tiempos convulsos en los que algunos han jugado de manera interesada a tirar de la cuerda hasta casi romperla, lo que nos ha llevado a una polarización extrema de ciertos ideales. Algo que también nos ha llevado a que no pocas personas usen ese frívolo y sesgado  argumento “o estás conmigo y los míos o en contra nuestra”, haciendo que podamos llegar a justificar ciertos actos si compartimos los motivos que subyacen tras ellos.

Si tras una manifestación, un derecho básico de cualquier democracia, un grupo de personas se desmadran y provocan altercados o la toman con ciertos bienes públicos o edificios oficiales no podemos caer en ningún tipo de sesgo ideológico, o admitimos ciertos hechos como consecuencia de ciertas situaciones de excepcionalidad, gusten más o gusten menos, o no los admitimos.

No podemos caer en la incongruencia de tolerar que se hagan cierto tipo de protestas contra determinadas instituciones, como tirar huevos y pintura contra juzgados o subdelegaciones de gobierno, escrachés a ciertos políticos, actos a las puertas del parlamento estatal, pero criticar que se hagan ante el Palau de la Generalitat o en el Parlament, como en sus día hizo, por poner un ejemplo, Jordi Turull (destacado miembro de CiU, exconseller, y portavoz de su grupo parlamentario; condenado de manera injusta por los hechos del 1-O), tras la protesta que llevó a los indignados catalanes a rodear el Parlament, con una crítica feroz al acto y posterior sentencia de la Audiencia Nacional que absolvía a los ocho procesados, y que motivó que el Govern recurriese ante el Tribunal Supremo.

Ciertamente hay acciones que pueden no ser de nuestro agrado, pero hemos de comprender y valorar los motivos que llevan a ello, y siendo lo suficientemente coherentes como para admitirlos o no sin caer en un sesgo ideológico. Algunos entendemos, aun pudiendo ser etiquetados de radicales, que cualquier político, gobernante o institución puede perder nuestro respeto y no sentirnos representados por ellos, y que el cansancio y la desesperación pueden llevar a cometer ciertos actos reprobables, pero cuando hay hambre bien buena es una tortilla y la misma requiere de romper previamente los huevos.

MSNoferini

La verdad, un valor a la baja

Publicado: septiembre 14, 2020 en Uncategorized
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Cada cual es libre de pensar como le plazca, sin que nadie pueda negarnos nuestro derecho a tener los ideales que queramos, los cuales evidentemente no tiene porque ser compartidos por el resto. La pluralidad, la discrepancia y el poder dialogar o incluso debatir sobre nuestras opiniones siempre es sano y enriquecedor, respetando a quien piensa diferente y sus ideales, pero estos siempre en su justa medida. Cuando hablo que ese respeto ha de ser en su “justa medida” lo digo porque todo ideal, y más en el caso de todo lo que tiene que ver con la política, no son dogmas incuestionables e incluso se pueden encontrar errores o falacias en algunas de las premisas sobre las que se sustentan o en algunos de argumentos que en determinado momento se pueden llegar a utilizar, como es el caso de la pancarta que se puede ver en la fotografía adjunta.

La pancarta que muestro en la fotografía, en la cual se puede leer el nombre de la Assemblea Nacional Catalana en su parte inferior, la podemos encontrar en Vic. Una pancarta donde se menciona unas cifras sobre el porcentaje de trabajadores que hay por pensionista en Catalunya, naturalmente para dar a entender que en una Catalunya independiente su sistema de pensiones sería totalmente sostenible, pero lamentablemente esas cifras no son correctas si nos ajustamos a los datos demostrables y quien la ideo debería haberlo sabido, pues las cifras reales de pensionistas y cotizantes son públicas. En nuestra tierra lamentablemente no tenemos 2,55 cotizantes por pensionista. Las cifras facilitadas por la Seguridad Social a la finalización del mes de agosto son tan desoladoras como que por cada pensionista catalán (pensiones contributivas) tenemos 1,9 cotizantes, que curiosamente es el mismo porcentaje que se da en todo el conjunto del estado. Y si miramos las correspondientes al mes de enero, buscando un periodo anterior a la actual pandemia, nos encontramos con que el porcentaje era casi el mismo, modificándose en apenas una centésima. Los datos exactos en Catalunya sobre el número de pensionistas y cotizantes en estos momentos son: 1.734.563 pensionistas y 3.313.673 afiliados en alta laboral, y en el conjunto del estado las cifras son 9.777.556 pensionistas y 18.591.306 afiliados de alta en la SS, unas cifras que esperemos que en estos difíciles momentos en los que estamos no se vean alteradas con la destrucción de una mayor cantidad de empleo.

Por lo tanto a la hora de defender nuestras ideas busquemos argumentos fieles a la realidad o simplemente hagamos mención a nuestros propios sentimientos, tal vez no sea el mejor argumento pero sin lugar a dudas siempre será el más honrado.

Capitalismo

Publicado: julio 21, 2020 en Uncategorized

Capitalismo

Aunque cada vez sean más las personas que sienten, en mayor o menor grado, cierta desafección hacia la política he de decir que a mí siempre ha sido un tema que me ha interesado, cuando menos para tener los conocimientos suficientes para saber cómo funcionan las instituciones, conocer las diversas doctrinas sociales y políticas y a los principales pensadores e ideólogos que se encuentras tras cada una de ellas, su historia, etcétera;  lo que me lleva a tener como libros de cabecera algunos tratados de política, muchos de ellos sencillos libros introductorios a todas esas doctrinas. Y es en la lectura de uno de estos libros, tratado traducido del norteamericano, donde me encuentro como se presenta al capitalismo como un sistema económico en el que los particulares y las empresas intercambian libremente bienes privados para su propio beneficio, añadiendo toda una serie de datos poco transcendentes y clarificadores y remarcando que el sistema se basa en la capacidad de la toma de “decisiones libres”. En pocas palabras el libro presenta un sesgo interesado en ocultar o no dejar entrever la parte negativa de un sistema que sólo busca la acumulación de riqueza.

Pero el tema no se queda aquí, pues cuando buscas una definición breve y concisa de lo que significa el término ‘capitalismo’ en el propio diccionario de la RAE te encuentras con una definición en principio poco esclarecedora y con un profundo error con una definición circular:

Capitalismo.-Sistema económico y social basado en la propiedad privada de los medios de producción, en la importancia del capital como generador de riqueza y en la asignación de los recursos a través del mecanismo del mercado.

Y si buscamos la definición del concepto capital que da la propia RAE, en la acepción adecuada al uso que se da en la primera definición nos encontramos con:

Capital.-Conjunto de activos y bienes económicos destinados a producir mayor riqueza.

Por lo tanto según la RAE podría decir que capitalismo es: un sistema económico y social basado en la propiedad privada de los medios de producción, en la importancia del conjunto de activos y bienes económicos (riqueza) destinados a producir mayor riqueza como generador de riqueza y en la asignación de los recursos a través del mecanismo del mercado.

Solamente con esta sencilla disertación sobre cómo define e interpreta el diccionario de la RAE el concepto capitalista nos debería quedar claro que es un sistema económico y social cuyo principal finalidad u objetivo no es otro que “acumular riqueza (capital) con la que producir más riqueza”, sin importarle lo más mínimo los daños colaterales que pueda causar, pues esa libertad de unos para acumular poder y riqueza acaba invadiendo el espacio de otros o pasando por encima de los derechos de muchos, derechos como al trabajo digno, a la vivienda, a la salud, a la educación o al tener algo que poder llevarse a la boca, algo que lamentablemente se ha convertido en el rasgo principal de este capitalismo/ultraliberalismo salvaje que se nos ha impuesto, donde todo se puede mercantilizar si de ello se puede sacar beneficio.

A pequeños males grandes embrollos

Publicado: junio 18, 2020 en Uncategorized
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Ajuntament

El destino puede ser caprichoso pero más caprichoso es el ser humano con sus ocurrencias y contradicciones, y de esto va esta historia. Los hechos que voy a proceder a narrarles, por sorprendentes que puedan parecer, son totalmente verídicos y tuvieron lugar en una hermosa población de la zona interior del país, Garbuix de Fal·lacià.

Todo comenzó en el pleno del Ayuntamiento que como cada segundo martes de mes reunió a todos sus regidores en al salón noble. El orden del día contemplaba diversos puntos los cuales se fueron tratando de menor a mayor importancia o de su mayor facilidad en encontrar consensos a aquellos otros que podían ser más complicados. Se habló y aprobaron planes de saneamiento, obras menores, el calendario de ciertos actos y se expusieron ciertas necesidades de los vecinos del municipio. No hubieron mayores problemas y los nueve regidores, incluida la señora alcaldesa, que conformaban el consistorio en representación de cuatro partidos políticos diferentes pudieron cerrar acuerdos, tras las votaciones pertinentes y sin mayores dificultades. Aparentemente el pleno parecía fluir en harmonía, pero llegó el momento de poner a consideración de los presentes y debate el espinoso tema del cambio de la nomenclatura de ciertas calles. Ya se había tratado un par de años antes el tema, pero por aquel entonces se llegó a un acuerdo, dado que lo que se discutía era el cambio de nombre de tres calles, que tras casi cuarenta años seguían conservando el nombre de siniestros personajes que formaban parte de la etapa más negra del país, la cruel dictadura que tantos muertos y daño había causado.

En esta ocasión el tema se presumía que traería cola ya que dos regidores habían propuesto el cambio de nombre de una docena de calles y del parque de la población, la mayor parte de los mismos porque entendían que había ciertos personajes que no se merecían dar nombre a las calles y parques de tan distinguida villa, y en otros casos por considerar ofensivos ciertos nombres, discriminatorios o simplemente inadecuados.

La lista de personajes ilustres, a los que se proponía retirar del nomenclador callejero de la población, estaba formado por cuatro militares pretéritos de alto rango, dos exploradores o aventureros, un hijo ilustre que siglo y medio antes había hecho fortuna en ultramar gracias, entre otros motivos, al uso de mano de obra esclava, dos escritores considerados misóginos y machistas, y un santo de muy dudosa santidad. Otros de los cambios propuestos era de una calle tenía el nombre de un menester considerado denigratorio para las mujeres como era el de “lavanderas” y por último un sentimiento, concretamente la “Soledad”, pues por lo visto había quienes opinaban que en una población tan envejecida como la suya no era procedente tener una calle con un nombre tan deprimente que pudiera recordar ese estado de aislamiento y abandono. A todos ellos se le debía sumar el nombre del parque, ya que el mismo era conocido con el nombre de un antiguo Rey, algo que quienes presumían de republicanos no podían consentir.

La exposición de la demanda previa al debate fue a cargo de una regidora, de los dos que habían planteado la cuestión en el orden del día, que defendió la imperiosa necesidad del cambio bajo el argumento de lo inadecuado que en pleno siglo XXI aún se siguiera teniendo calles con esos nombres de personajes tan lúgubres y antidemocráticos, así como a ensalzarlos a ellos y a ciertas ideas impropias de una sociedad moderna.

Como era de prever la contra argumentación fue dejando de lado todo razonamiento para acabar derivando hacia los ataques personales más viscerales, que si rojos, antisistema, que no se podía consentir los caprichos de feminazis. La parte contraria al sentirse atacada no se mordió la lengua e hicieron uso de otros tantos términos ofensivos para referirse a sus rivales políticos. Seguramente se utilizaron todos los tópicos habidos y por haber, olvidándose por completo, los unos y los otros, del diálogo y de intentar refutar la propuesta con argumentos.

Cuando a alguien se le ocurrió preguntar a los dos regidores que habían presentado la moción cuáles eran los nombres que habían pensado, para sustituir a los que según ellos debían ser retirados, los ánimos aún se caldearon mucho más, pues como era de esperar algunos de los posibles nombres que se pusieron sobre la mesa no eran del agrado de los regidores que formaban el equipo de gobierno.

De los nombres propuestos la mayor parte se correspondían a filósofos, políticos, escritores, sindicalistas y hasta un revolucionario, dándose una total paridad entre hombres y mujeres, y habiéndose pensado como nuevo posible nombre para el parque de la población: Parque “8 de Marzo”.

Tras dos horas de agrio debate no habían conseguido avanzar en nada y menos consensuar alguna opción. Lo que dejaba entrever que, dado que el gobierno municipal estaba en manos de los dos partidos más conservadores, aunque fuera por una mayoría simple, sería difícil que pudiera prosperar la moción. Pero aquí fue donde entró en juego un nuevo elemento o miembro del equipo de gobierno, que hasta el momento se había mantenido callado. Tomando la palabra el regidor de políticas sociales, y que a la vez era pareja de la regidora que había presentado la propuesta con su compañero de partido, intentó apaciguar los ánimos y buscar un consenso que permitiera dar algún tipo de solución al tema, seguramente más preocupado de que el debate se pudiera trasladar a su casa que de la necesidad real de cambiar esos nombres en el nomenclador de su población.

La opción planteada fue renunciar unos y otros a mantener ciertos nombres o a cuales debían ser los nuevos a elegir entre las alternativas propuestas y el resto a ser estudiado en un posterior pleno con la apertura de una comisión de estudio entre los propios vecinos.

Aunque el cambio pareció quedar limitado a seis calles el acuerdo parecía complicado, pues al equipo de gobierno no quiso dar su brazo a torcer con ninguno de los nombres propuestos o las alternativas que se fueron proponiendo sucesivamente por el conjunto de la oposición, hasta se planteó, tras llevar una hora enzarzados en este nuevo y estéril debate, darles nombres de colores. Pero como era de esperar a unos y a otros no les gustaron ciertos colores.

-Cómo consentir que una calle pudiera llamarse Roja o del color rojo.

-Pues usar el color negro ni te digo.

-Pues Morado a mí tampoco me gusta.

-Blanca nunca, pues es el color de la rendición.

-Amarilla a mí no me gusta.

-Pues a mí naranja menos, ya que se podría identificar con un partido.

-Pues no olvidéis que todos los partidos somos identificados con un color.

-Vaya chorrada plantear el tema de los colores.

-Sería mejor hacer como toda la vida y utilizar el santoral.

-Tú estás loco. No ves que somos un país laico. Es más en cuanto podamos deberíamos quitar también el nombre de todo santo o virgen.

Cuando ya estaba a punto de concluir la cuarta hora del pleno fue cuando una de las regidoras del segundo grupo de la oposición planteó una solución sencilla buscando el consenso.

-¿Por qué no hacer como en ciertas ciudades de EE.UU donde muchas avenidas tienen el nombre de numerales?

-Pues no sería mala idea –dijo uno.

-Cómo copiar algo de los yanquis capitalistas –dijo la portavoz del otro grupo de la oposición.

Al final, a pesar de las reticencias de esta regidora, se consiguió aprobar en poco más de cuatro horas el cambio del nombre de seis calles, que a partir de aquel día pasarían a llamarse, si los vecinos no ponían objeción, de una manera tan original como: Calle 6, Calle 5, Calle 4, Calle 3, Calle 2 y Calle 7, porque por algún motivo a alguien no le gustaba el número uno.

Epílogo:

Para el próximo pleno del Ayuntamiento se ha pedido incluir como punto más importante del orden del día la posible retirada de una molesta estatua de un personaje histórico.

MSNoferini

Que el gobierno español, al igual que buena parte de los autonómicos, no ha sabido gestionar del todo bien esta crisis sanitaria es bastante evidente, ¿pero cómo lo han hecho EE.UU o el Reino Unido, países paradigma de ese liberalismo tan idolatrado por nuestra patriótica derecha (o derechas)? ¿Y la ilustrada Francia, tierra de “liberté, égalité et fraternité”, país no pocas veces admirado y mitificado por unos y otros, como ejemplo de ciertos valores y la capacidad de lucha de sus gentes o por ese “chovinismo” tan del gusto de la derecha más extrema? ¿O el país que alberga el corazón de la Europa de los mercados, la pequeña y no demasiado poblada Bélgica?

Los virus no conocen de fronteras ni de colores políticos, y este -el Covid-19- parece que se está cebando especialmente con los países más ricos y ejemplo de ese supuesto desarrollo liberal, y algunos de ellos tuvieron tanto tiempo o más que el del estado español para preparar la respuesta a la pandemia vírica que se les venía encima y teniendo el ejemplo de lo que se pudo hacer mal en países como Italia o España, pero el desastre y su número de muertos no ha sido menor.

No es bueno hacer necropolítica buscando rédito político. Puestos a dar ejemplos de quienes podrían haberlo hecho mejor o peor tenemos el ejemplo de un país que no es precisamente de los más ricos de la Europa de los mercados, Portugal, donde la unidad de la clase política y las decisiones acertadas les han llevado a ser ejemplo de buena gestión de esta epidemia. Es pornográfico ir dando número de infectados y muertos y estar enganchados diariamente a las estadísticas y cifras, para poder usarlas como arma arrojadiza al gobierno. Una vez más algunos políticos del estado español, de todo él, han quedado retratados y con ello han demostrado que buena parte de ellos no están a la altura. Sólo espero que una parte de la ciudadanía, una buena parte de la ciudadanía, entienda cuales son y serán las necesidades de este país y sus gentes, con lo que se nos viene encima, y sepan defender lo importante, como podría ser la sanidad y todo el resto de servicios públicos, el trabajo digno, las pensiones (pequeño refugio familiar en los malos momentos), la lucha por las libertades, el garantizar una fiscalidad y el reparto justo y solidario de la riqueza de una manera equitativa y que nadie se quede sin cubrir sus necesidades más básicas, y sin olvidar que llegados a unas próximas elecciones sepamos castigar en las urnas a quienes han usado las mentiras, el odio y hasta los muertos en un ruin intento de desestabilizar y despejarse el camino para llegar al poder.

MSNoferini

Datos Coronavirus

Datos de contagios y fallecidos por Covid-19 a fecha 6/5/2020

 

Manifestación trabajadores en Madrid

Normalmente cuando se acerca el 1 de mayo suelo escribir algo relacionado con los derechos laborales o repasando la historia de este día, hechos como los de la factoría McCormyck y la plaza Haymarket de Chicago, pero esta vez prefiero dejar a un lado el pasado y el presente para concentrarme en el futuro. Aunque no soy ningún gurú o gran experto en la materia, sí que tengo ciertos conocimientos en el mundo laboral por diversos motivos, entre ellos porque es un tema que siempre me ha interesado, lo que me lleva a dilucidar o conjeturar cuales pueden ser a corto y medio plazo las consecuencias de esta pandemia por el virus del Covid-19 en el futuro laboral de este país.

Evidentemente la primera consecuencia será el cierre de no pocas pequeñas y medianas empresas, que son las que forman la mayor parte de nuestro tejido industrial, y la pérdida de un considerable número de puestos de trabajo, más allá de la temporalidad de los ERTE, y un drástico descenso en los ingresos por cotizaciones.

Un país endeudado, con un elevado descenso de su Producto Interior Bruto, con unos índices de desempleo nunca vistos por la mayoría de nosotros, con un gasto cada vez mayor en subsidios y con algunos buitres dispuestos a sacar beneficio de la tragedia ajena.

Una situación complicada que puede llevar al gobierno de turno a apelar a la responsabilidad de aquellos que conserven sus trabajos o puedan estar en disposición de encontrar uno, bajo consignas del bien común o de salvar la nación, lo que podría llevar a mensajes como aquél que formuló J.F. Kennedy en su día sobre “no pensar lo que puede hacer nuestro país por nosotros sino lo que nosotros podemos hacer por nuestro país”. Y bajo esta consigna o soflama pedir responsabilidad a los afortunados y a las organizaciones sindicales, como la de congelar o bajar salarios, incrementar horas de trabajo o someterse a una flexibilidad laboral para beneficio de las maltrechas empresas y la economía nacional.

Cierres patronales, poco trabajo, altas tasas de desempleo, empleos mal retribuidos y un retroceso en la calidad del empleo y tal vez en los derechos laborales. Estas son los negros nubarrones que se dejan entrever en el horizonte de este y otros países. Consecuencias negativas que deberían venir acompañadas de un temporal semidesaparición de algunos sectores empresariales y tal vez la recuperación de otros que habían perdido su peso y las circunstancias lleven a ser un recurso, como podría ser todo lo relacionado al sector primario, y seguramente bajo fórmulas de autoempleo y cooperativismo.

Tampoco es aventurar mucho decir que el teletrabajo seguramente ha recibido el espaldarazo que necesitaba para quedarse. No tenía demasiada lógica promover leyes facilitando algo tan relacionado con la tecnificación del trabajo y el uso de nuevas tecnologías, donde el lugar desde el que se prestase el trabajo o servicio no interfería en nada en el rendimiento y la calidad del mismo.

También me atrevo a pronosticar que esta crisis humanitaria ha hecho entender al empresariado y al capital el peso de la masa social del proletariado, lo que no es descabellado que les lleve en previsión de futuras epidemias o del miedo a la unidad de acción del mismo a apostar más que nunca por la tecnificación y robotización de ciertos sectores, lo que contribuiría a la destrucción de más empleo a medio y largo plazo. Motivo por el cual no son pocos los expertos y agentes sociales que en previsión del empleo que puede destruir esta mecanización llevan tiempo insistiendo que la misma debe estar sujeta a impuestos especiales.

Grandes cambios se pueden estar fraguando en perjuicio nuestro (los trabajadores/as), mientras una parte seguís confinados en vuestras casas, y probablemente en detrimento de todos. Lo único que nos puede dar cierta esperanza es confiar que de una vez los trabajadores de este país sepan dar respuesta de forma unida a cualquier cambio que pueda ir en nuestro perjuicio. Creo que a estas alturas algunos ya se habrán dado cuenta que si el proletariado no trabaja la maquinaria del capital se detiene. También espero que hayamos entendido que no hay mejores o peores trabajos, lo que hay es trabajos más duros y trabajos más cómodos, trabajos más estables y trabajos más precarios y mal retribuidos; pero todos o la mayoría de ellos son necesarios y tan honrosos como el que más.

Espero y deseo estar equivocado en algunos de los pronósticos, y desearía que entendiésemos que los héroes nos son sólo los que cumplen con dedicación y profesionalidad su trabajo, sino también aquellas/os que se niegan a aceptar la precarización y la explotación laboral y alzan la voz. Por todo ello, ante la cercanía del 1 de mayo, día del trabajador, pedir ahora más que nunca y más allá de ideales y del puesto de trabajo que podamos ocupar “unidad de acción”, pues todos los que vivimos de vender nuestra fuerza de trabajo somos proletarios, y si queremos salir victoriosos de los difíciles momentos y retos que se nos vienen encima sólo lo podremos conseguir estando concienciados y cohesionados. La unidad hace la fuerza. Feliz 1 de Mayo.

MSNoferini

Tiempo. Eso es lo que estos días más me sobra. Tiempo para pensar. Tiempo para reflexionar sobre el cómo hemos llegado a esta situación en la que nos encontramos. Cuando digo “cómo hemos llegado a esta situación” no lo digo con intenciones detectivescas ni pensando en las mil y una teorías conspiranóicas que pueden haber sobre el dónde nació a ciencia cierta esta pandemia vírica y el cómo de su imparable avance. Mi capacidad de pensamiento o raciocinio me llevan a evaluar cosas más sencillas y evidentes.

Muchas veces hemos oído que la humanidad, o una parte de ella, dejó de respetar a la madre naturaleza o madre Tierra y esta como ser vivo que es se ha revuelto contra esa nociva especie que es el ser humano, un animal maligno e irrespetuoso capaz de matar por diversión o destruir su entorno por el simple hecho de acaparar riqueza y poder, aunque ello pudiera representar condenar a parte de sus semejantes. Científicamente es evidente que nuestro planeta es algo vivo, pero que tenga conciencia y mecanismos para devolver el daño que se le hace eso ya es otro tema.

No creo que la madre Tierra pueda devolvernos el mal que le hemos hecho, ni que tenga por si misma un mecanismo de respuesta a las agresiones que puede recibir. Tampoco creo que existan mecanismos naturales de control de población. Simplemente existe una respuesta muy medida y fácil de entender por las diferentes ramas de la ciencia que evidencian que un trozo de tierra tiene un límite de producción, el cual se puede ver alterado a la alza o a la baja por la mano del hombre. Que esa misma tierra y nuestra atmósfera tienen unos límites de regeneración ante las agresiones que puedan sufrir, y que esas mismas agresiones tiene unas consecuencias directas en la climatología Y que el índice de reproducción de cualquier especie viene limitado por los recursos, condiciones del entorno y el nivel de depredación que puedan sufrir.

Algunos ya llevan demasiado jugando a ser dioses y en base a una incomprensible ambición no han cesado en su empeño de acumular riqueza intentando controlar recursos y a sus propios semejantes. Acumular capital y poder, entre ellos el de imponer un sistema económico y político adecuado a sus intereses, ha llevado a que un 1% de la población mundial haya acumulado más riqueza que el 99% restante. Y como toda causa tiene un efecto no hace falta tener ningún doctorado o máster para relacionar la búsqueda fácil de riquezas y la sobre explotación de recursos con destrucción de sistemas y hábitats, contaminación, calentamiento global, problemas inmunológicos, desaparición de especies, deshielo de los polos, aparición de antiguas nuevas amenazas víricas y bacteriológicas y la evolución rápida de estas, el convertir la farmacología en un lucrativo y deshumanizado negocio, la búsqueda y acaparación de nuevos recursos y combustibles, movimientos migratorios, producción intensiva del sector agropecuario, más contaminación, más enfermedades, y una larga cadena llamada desastre que el hombre va alargando eslabón a eslabón y que al final nos podría conducir a un punto de no retorno.

A partir del 2008 el sistema, el sistema capitalista -pues las cosas se han de llamar por su nombre-, demostró sus miserias y como el convertir en mercancías los bienes, recursos y servicios imprescindibles para nuestra propia vida podían llevarnos a perderlo todo -como podría ser el trabajo, la vivienda o la salud-. Pero lejos de construir un nuevo sistema económico y social de las cenizas del que debería haber sido el viejo orden el sistema capitalista renació de sus cenizas tan despiadado o más de lo que lo había sido. La mayor parte de la ciudadanía o de los habitantes de este mundo no quisieron o supieron (supimos) luchar o encontrar el camino hacia un nuevo sistema u orden. Y es ahora que, sumidos en esta singular y grave crisis, deberíamos aprender del pasado y utilizar la desgracia en la que estamos inmersos, cuyas consecuencias aún se nos hacen difíciles de imaginar, para sacar algo positivo de ella, el saber decir ¡basta! Basta de convertir en negocio nuestras vidas y necesidades. Basta de manipularnos. Basta de hacernos pagar a los de abajo los errores de quienes mueven los hilos desde arriba. Basta de destruir nuestro hermoso planeta. Basta de que algunos jueguen a ser dioses sin pensar en las consecuencias. Basta!!!

Creo que en breve llegará nuestro momento. Creo que el poder de cambiarlo todo está en nuestras manos, y para ello sólo se necesitan dos cosas: que son el despertar de una vez del letargo en el que nos tienen sumidos y que dejemos de pensar en el yo y empecemos a pensar en el nosotros/as. Sólo el camino de la unidad de las gentes y pueblos, los de abajo, podrán poner los cimientos de un nuevo orden mundial. Un mundo más solidario, justo y preocupado por sanar la maltrecha salud de su madre, nuestra madre, la madre Tierra.

MSNoferini

madre tierra

¡Que vienen los rojos!

Publicado: febrero 19, 2020 en Uncategorized
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Que triste es ver como la derecha de este país sigue utilizando los medios que controlan, que desgraciadamente son la mayoría, cual martillo pilón en su empeño de socavar todo gobierno o rival político contrario a sus intereses intentando relacionarlo con la leyenda negra de “los rojos” que ellos mismos crearon, engordaron y difundieron sobre quienes defendieron la II República del golpe de estado y posteriormente lucharon contra la cruel dictadura franquista. Usar la palabra comunistas de manera peyorativa y de manera totalmente desacertada en la portada de un diario para etiquetar un partido progresista, que tras la prueba del algodón no pasaría de ser socialdemócrata, como es el del señor Iglesias, es rastrero e impropio de un medio serio. El tiempo nos demuestra que quienes buscan despertar los odios de otros tiempos no son los descendientes de quienes lucharon y en algunos casos murieron por defender la democracia en la guerra civil y durante la dictadura (la izquierda), sino una parte de los descendientes de los vencedores que entre otras muchas cosas siguen negando el derecho a la memoria histórica, destrozando memoriales recordando a los fusilados por parte del bando nacional-golpista o no queriendo retirar los símbolos franquistas que cuarenta y cinco años después de la dictadura aún lucen en muchas de nuestras ciudades, y que usan todos los medios a su alcance para usar la estrategia del miedo a la hora de hablar de sus rivales políticos etiquetándolos de rojos, comunistas, quema iglesias, estalinistas, chavistas y un largo etcétera de descalificaciones.

A la hora de usar el pasado como arma arrojadiza contra los rivales políticos algunos deberían ser más inteligentes, pues no se debe olvidar que es ridículo y falto de toda lógica relacionar a ciertos partidos progresistas o de centro izquierda y sus actuales líderes con el comunismo, pero por lo contrario el uso de esta estrategia sí que podría estar justificada en sentido inverso ya que de manera objetiva sí que se puede demostrar la estrecha relación de ciertos políticos y poderosos de la actual derecha española con el antiguo régimen franquista.

La mayor parte de la derecha española está demasiado anclada en ese ideal de la gran España y ya lleva demasiado tiempo jugando con fuego criminalizando a la izquierda, a los nacionalismos centrífugos y a todos aquellos que no comulguen con sus ideas centralistas y ultraconservadoras. La estrategia del odio, el miedo, la negación del diálogo, la descalificación de quienes piensan de manera diferente, la imposición de ciertas políticas e ideales y ser incapaces de ver la riqueza de la diversidad, es el perfecto caldo de cultivo para la desafección hacia el país, sus instituciones y sus representantes. Seguramente la denominada izquierda habrá cometido muchos errores, pero los hechos nos demuestran que el lastre de su pasado y la involución de la derecha, y más desde que la ultraderecha que presume su extremismo y valores preconstitucionales ha comenzado a ganar protagonismo, es una realidad, una triste realidad, que a la larga sólo nos puede llevar a la confrontación y al desastre.

MSNoferini

Portada ABC

Los seres humanos somos una especie única, los únicos animales en preocuparse por cosas relativamente insignificantes y descuidar las que realmente importan, como podría ser nuestra supervivencia como especie o preservar nuestro entorno. Me parece tan estúpido que le demos la espalda a la contaminación, al preservar nuestros recursos y al cambio climático, o que una amplia mayoría confíe temas de tanta importancia a la labor de terceros, mientras ellos siguen con sus quehaceres diarios como si el tema no fuera con ellos y los problemas medioambientales, como la contaminación atmosférica o de nuestros acuíferos, se resolvieran por si solos o lo harán por ellos esos individuos que cada cuatro años elegimos, en muchos casos para calentar sillas o escaños.

Hace pocos días veía una muy preocupante o incluso alarmante fotografía difundida por el Grup de Defensa del Ter y otras organizaciones, que en no todos los casos eran ecologistas. La fotografía en cuestión fue hecha hace poco más de un año por un satélite meteorológico de la Agencia Espacial Europea dotado de una tecnología (IASI) que le permite hacer mediciones infrarrojas del amoniaco atmosférico. Y ooh!!! Sorpresa. Resulta que en una imagen bien nítida de la península ibérica nos presenta tres manchas rojas, identificadas como zonas de alta concentración de amoniaco (NH3), y dos de ellas están concentradas en Catalunya, mientras la tercera se encuentra sobre la región murciana. Las dos principales concentraciones de amoniaco atmosférico de la península ibérica las tenemos en el límite provincial de Lleida con Zaragoza y la otra justo encima de nuestra querida comarca.

Osona bate todos los récords en concentración de NH3. El exceso de purines del sobre explotado sector porcino han llevado a nuestra comarca a ostentar el honor de ser una de las más contaminadas de Europa por NH3 al igual que por nitratos.

Tal como leía hace poco al querer informarme sobre el tema “el amoniaco es, junto al dióxido de azufre y los óxidos de nitrógeno, uno de los gases a partir de los cuales se forman en la atmósfera las partículas, que junto con el ozono troposférico son los contaminantes más preocupantes, pues la exposición a los mismos puede acarrear consecuencias que van desde leves efectos en el sistema respiratorio, a diferentes grados de alergias o incluso se relaciona directamente con la mortalidad prematura”, sin olvidar los importantes daños medioambientales.

Pero ustedes sigan tranquilos. Sigamos consintiendo que se abran nuevas granjas porcinas. Sigamos permitiendo que empresas de fuera de nuestra comarca abran o amplíen sus mataderos, para enriquecimiento propio y perjuicio nuestro. Sigamos delegando y confiando que esos señores y señoras que elegimos cada cuatro años se preocupen en salvaguardar nuestra salud, a ver si son capaces de enfrentarse a la todo poderosa industria cárnica con iniciativas como una moratoria en el número de granjas y mataderos y cualquier proyecto de ampliación, un posible plan de desmantelamiento de las mismas, la gestión de los purines, unos controles medioambientales estrictos y sanciones ejemplares y/o denuncias para aquellos que no respeten las normas y puedan poner en peligro nuestra salud. Hay mucho en juego nuestra salud, la de nuestro entorno y seguramente se esto sigue así la esperanza de vida de nuestros hijos.

MSNoferini

Amoniac

En el momento de escribir estas líneas aún no se sabe cuál será el fallo del TJUE, en lo relativo a la inmunidad no reconocida en su día a Oriol Junqueras como eurodiputado electo. Es paradójico que en caso de que la sentencia del alto tribunal europeo sea favorable al President de ERC a quien más podría beneficiar –según apuntan diversos expertos, dado que la mayoría ven complicada su excarcelación- sería a su principal rival político en Catalunya, Carles Puigdemont, el cual se podría ver con la carta de la inmunidad (al igual que Toni Comín), que como si de un conocido juego de mesa se tratara, le permitiría abandonar la casilla belga para situarse en la catalana y todo ello pasando por la casilla de salida y cobrando el posible premio de hacerse de nuevo con la presidencia de la Generalitat.

La inmunidad a Junqueras, que de pocos le serviría más que de simple victoria moral, podría cambiar el futuro panorama político catalán y de rebote el estatal, reforzando a JxCat que teniendo al mejor candidato posible a encabezar la lista de su partido podría llevarle a convocar, a través de su hombre de paja en la presidencia de la Generalitat, nuevas elecciones en Catalunya.

Ante esa posible candidatura de Carles Puigdemont, de convocarse elecciones, y esa aparente falla abismal que separa a los neoconvergents y todo aquello relacionado con las Españas, es más que probable que ERC se repiense permitir la investidura de Pedro Sánchez con su abstención, para evitar darle una importante arma arrojadiza a su rival político en la carrera de los republicanos hacia la presidencia de la Generalitat.

Algunos partidos como los antiguos convergents parecen haberse adherido a esa tesis de “cuanto peor mejor”, pudiendo arrastrar hacia ella a ERC, sin querer ser conscientes de lo que puede suceder si se va a unas nuevas elecciones generales.

Si hemos de creer las últimas encuestas, estas reflejan un incremento en la tendencia de voto hacia la derecha –con una cada vez mayor presencia de una muy peligrosa extrema derecha-, castigando al PSOE, entre otras cosas por no haber sido capaz de formar gobierno hasta la fecha y probablemente por haber cometido el gravísimo pecado de intentar buscar el apoyo de rojos, catalanes y vascos –casi na!-.

Por lo tanto si el señor Pedro Sánchez es incapaz de recoger suficientes apoyos o abstenciones para ser investido como presidente podríamos encontrarnos con un bloqueo político indefinido, que nos podría llevar a una nueva repetición electoral, con el gasto que ello supone, o incluso caer en el bucle electoral del “día de la marmota”, a la espera de conseguir una mayoría que permita la formación de gobierno. Todo ello para beneficio de la derecha, que tal vez acabe siendo la que sume suficientes escaños como para hacerse una vez más con el poder, para desgracia de muchos/as. Y de no ser así, persistiendo ese vacío de poder, tampoco es descabellado pensar en un “golpe de estado”, como el que sufrieron nuestros vecinos italianos en el año 2011 con el gobierno de Mario Monti, perpetrado siguiendo los designios de la UE y a instancias de las altas instituciones económicas, lo que representaría la imposición de un gobierno tecnócrata, con la aceptación de la mayor parte de los partidos políticos, que obedezca fielmente la voz de su amo, que no es otro que los poderes económicos.

La pelota está en el tejado de ERC, hay mucho en juego y entramos en tiempo de descuento.

MSNoferini

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